En mayo de 2015 me operan de urgencia por un quiste del tamaño de una pelota de tenis en mi ovario izquierdo.
Esa mañana me desperté rara, venía con un dolor extraño a la altura de los riñones y fui a la guardia.
Ecografías…. y ahí estaba.
«Tenes un quiste de 9 cm. ¿viniste sola? ¿a qué hora desayunaste? Se liberó un quirófano, justo está el cirujano que hace laparoscopia»
«Sacamelo ya», dije.
«Por el tamaño no sabemos cómo está tu ovario. Puede ser que tengamos que sacarlo».
Me caían las lágrimas y sólo asentí con la cabeza.
(Cositas y cosotas en el medio…)
Diagnóstico: Endometriosis
(Médico con sonrisa en su cara) «Y si, era tejido endometrial. ¡Tenías un quilombo ahí adentro! Pero pudimos limpiar todo y tu ovario estaba bien.»
«¿Qué es endometriosis?», pregunté.
«Ahh…. es re normal. Lo tienen casi todas las mujeres. ¿Tenés muchos dolores menstruales? ¿colon irritable? ¿sangrado abundante? Lo debes tener desde siempre y ahora formaste un quiste. Debe haber sido hace poco porque el ovario estaba bien».
Y recordé todas las veces que había ido al médico porque tenia menstruaciones muy dolorosas. Recordé que siempre me quisieron dar hormonas y yo no quise. No era capricho, tampoco tenía la información que tengo ahora. Tenía mi vocecita… esa vocecita que por momentos es un vozarrón adentro mío y, gracias a la Vida, a veces le hago caso.
El horror para mí fue tener que escuchar las opciones de lo que iba a ser el resto de mi vida si sólo seguía lo que el mi médico proponía. Y yo sabía…. yo sabía que había más cosas.
Entonces hice una mezcla.
El mejunje perfecto para mí.
Y ahí no hay receta.
Ahí no hay caminito marcado.
Ahí se sale y adentra una como cuando vas a entrar a la naturaleza profunda.
La magia sucedió de inmediato, pero la seguí un tiempito después.
Antes de la operación había quedado en reunirme con una mujer que quería alquilar temporariamente una habitación de mi hermosa casita de Bs As. Casa Bolivia, un ph del amor. Le aviso desde la clínica que no va a poder ser porque me internaron. Ella dice esta frase: “No estás enferma, estás sanando”. Y esa frase quedó como un loop en mi cabeza hasta que estuve recuperada y decidí escribirle.
Ella ya había conseguido habitación, pero quiso visitarme.
Nati…. Amorosa, auténtica y humilde. Su mirada y su sonrisa fue un bálsamo a penas la ví.
Nati es chamana, venía desde México y ahí comenzó un mundo paralelo en el que cada persona puede entrar cuando se abren esas puertas.
Y yo la abrí. Y había una fiesta ahí.
Ella y su compañero Norby llenaron mi casa de sanación. Mi útero, mi casa y tanta sensación nueva, tanta info nueva. Y a la vez, tanta certeza confirmada.
Todo tenía más sentido para mí.
Ahí había Amor.
El Amor grande, no eran las personas en sí, sino lo que empezaba a circular..
@terapeutas.energeticos me inicia al chamanismo y junto con mi amado maestro Ángel @centroholisticomaitreya y los Ñaupa Ñaupa @christiansen.ale y ginecólogas, y acupuntura, y alimentación y Respiración Ovárica .y mi arte, y uffff…. se fue armando mi mejunje y es el que también comparto.
Seguí con mi médico un tiempo, hasta que salí de viaje y me sentí segura para soltar la medicación (la intención siempre fue cuidarme, mezclé todo e hice mi propio guiso)
La endometriosis me trajo muchísima información, sobre mí y todxs.
Entendernos como una totalidad, es algo que cuesta incorporar. Como si el cuerpo estuviera separado del resto de la vida, de mis partes, mi historia, mis ancestros, emociones, memorias, alimento y Tierra.
Comprendí que las microdosis pueden ser medicina como veneno.
Vivimos con microdosis de venenos, como lo son las ideas, los condicionamientos culturales y familiares, como la información que consumimos, y ni hablar del alimento que no alimenta nada, solo generan este tipo de manifestaciones de enfermedades.
Cada vez son más jóvenes las mujeres que manifiestan endometriosis. Cada vez hay más infertilidad por la misma razón. La alimentación es clave y tampoco soy una obsesiva y como de todo. Al principio hice muchas limpiezas y hoy ya no son parte de mi vida ciertos consumos y costumbres que antes era lo común.
¿Por qué me pasó a mí y no a otra mujer que tuvo exactamente la misma realidad que yo? Porque somos diferentes, porque los aprendizajes son distintos, porque hay unos tesoros que no hubiese descubierto si no seguía esa voz que me empujaba cuando todo estaba en oscuras, porque me tocaba vivir otra realidad. La verdad es que no me importa el por qué.
Hoy, después de haber pasado tantas cosas, comprendo el para qué.
Soy de las poquitas mujeres con endometriosis que me operaron una sola vez.
Soy de las poquitas mujeres con endometriosis que no me tuvieron que sacar ninguna parte de otro órgano o quitármelos completos.
Soy de las poquitas mujeres con endometriosis que pudo sanar y no le dolió nunca más la menstruación ni generó quistes ni inflamación.
Soy de las poquitas mujeres que no siente dolor casi todos los días, salvo 2 o 3 al mes.
Soy de las poquitas mujeres que no siente dolor en una penetración.
Soy de las poquitas mujeres con endometriosis que no toma ninguna hormona.
Por eso, acá no se vende ninguna cura de nada, solo pasar la info y dar la mano. Acompañar y estar.
Mujeres, nuestro cuerpo tiene otros y muchos más potenciales de los que creemos, sentimos, nos dijeron.
O sigue viviendo en un sueño, o no.
A veces se despierta con una cachetada, y otras veces puede ser con un beso dulce y tierno.
No importa cómo.
Que despierte y viva
plenamente.
Con mucho mucho mucho Amor
Romi